Los buses, brillantes como peces...

... Mirando por la ventana de mi cuartito de trabajo o estudio, a la Kentish Town Road bañada en una luz mortecina, gris y húmeda un domingo de agosto a mediodía. El verano parece haberse acabado, el invierno envía su primer aviso de que vendrá. Es solo una llovizna ligera pero me hace pensar en aquel verso de Onetti, con la melancolía de la ciudad, su soledad en compañia, tan avenido a este clima de Londres que nunca es extremo pero nunca es enteramente amigable. Saldré a dar una vuelta por el canal, quizas, o a desayunar en la tienda portuguesa. Hay un silencio que, como la luz otoñal, es gris y húmedo...